Una vez más varios países de la región
obtuvieron algunos de los peores resultados en el informe que compara el nivel
educativo de adolescentes en 65 países. Los alumnos asiáticos son los mejores
Por:
La redacción/ Agencias

El Programa de Evaluación Internacional de
Estudiantes, más conocido como Pisa (por sus cifras en inglés), comparó
resultados en las 34 naciones de la OCDE y en otros 31 países, que representan
el conjunto cerca del 80% de la población mundial.
El gran interrogante para América
Latina es dónde residen los múltiples
factores detrás del mal desempeño de las naciones de la región que ocupan
algunos de los peores lugares en la lista.
El primer puesto es ocupado por Shanghái,
principal ciudad de China con 20 millones de habitantes, con 613 puntos, 119
puntos por encima del promedio de conocimiento que fija Pisa, de 494 puntos.
En segundo lugar se sitúa Singapur (573
puntos), seguido de Hong Kong (561), Taipei (560), Corea del Sur (554), Macao
(538) y Japón (536). Completan la nómina de los diez primeros Liechtenstein
(535), Suiza (531) y Holanda (523).
La mayoría de los resultados provienen de
países, pero en el caso de China los puntajes se calcularon por ciudades o
regiones seleccionadas. La OCDE dijo que espera disponer en la próxima lista de
más información para colocar a China en su conjunto.
En el informe que cubre el periodo 2003 a
2012, España ocupa el lugar número 33 con 484 puntos, y entre los últimos
puestos están Chile (lugar 51 con 423 puntos), México (lugar 53 con 413
puntos), Uruguay (puesto 55 con 409 puntos) y Argentina (lugar 59 con 388
puntos). Colombia se ubica en el lugar 62, con 376 puntos, y Perú en el último
sitio de la lista, el número 65, con 368 puntos.
En la mitad de la lista sigue figurando
varios países industrializados como Reino Unido, Francia y Noruega. Finlandia
bajó su puntaje en las tres disciplinas consideradas pero sigue entre los 12
primeros.
“ESTANCAMIENTO
EDUCATIVO”
El informe es elaborado a partir de pruebas
de matemáticas, lengua y ciencias hechas a más de 510,000 estudiantes.
La prueba ayuda a medir “lo que saben los
estudiantes y lo que pueden hacer con sus conocimientos”, según dijo al
presentar el documento en Londres Andreas
Schleicher, asesor especial del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
Schleicher afirmó que “las comparaciones
internacionales no son siempre fáciles y no son perfectas”, pero aseguró que la
lista ayuda a los países a conocer los progresos conseguidos en otras naciones
y preparar a los niños de cara a un “futuro con éxito”.
Las reacciones a la nueva lista no se
hicieron esperar.
Vietnam, que participa en la prueba por
primera vez, obtuvo mejores resultados en ciencias y matemáticas que Estados
Unidos.
La secretaria de Educación estadounidense,
Ame Duncan, describió a los resultados como “un retrato del estancamiento
educativo”.
“Debemos invertir en educación inicial,
subir los estándares académicos, hacer que la Universidad sea más accesible
para quienes tienen menos recursos y hacer más para reclutar y retener
educadores de alto nivel”, agregó.
REACCIONES
EN AMÉRICA LATINA
En Uruguay, que obtuvo los peores
resultados desde que se adhirió al plan internacional hace una década, el
informe culmina lo que los medios describen como “un año muy negativo para la
educación pública”, caracterizado por paros docentes y altas cifras de
repetición que en algunos colegios secundarios alcanzaron más del 57.4% de
alumnos no promovidos.
El informe menciona a Brasil y Chile entre
los países que mostraron una mejoría en su desempeño en el periodo estudiado.
Chile estaba 190 puntos por debajo de
Shanghái, lo que implica, según algunos medios, que los alumnos chinos están
tres años avanzados en comparación con sus pares.
Juan Pablo Valenzuela, académico del Centro
de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, dijo a la
prensa local que el país “se demoraría más de 35 años en cerrar la brecha con
el resto de los países de la organización, es decir, requerimos dos
generaciones completas”.
El informe señala que los países con
mejores resultados ponen énfasis en la selección de los maestros y facilitan la
autonomía de los docentes.
El documento también destaca que los
escolares “cuyos padres tienen importantes expectativas para su futuro suelen
rendir mejor, se sienten más seguros y motivados en la clase”.