jueves, 3 de octubre de 2013

El caso Gayosso

Por: Sofía Romero
     Gayosso, considerada como la empresa funeraria más importante de México, con una tradición que abarca 137 años (la más antigua del país), es propietaria de un panteón en Torreón, Coahuila, que se encuentra gravemente siniestrado por inundación desde septiembre de 2012 pero, gracias a sus influencias y a la corrupción e indiferencia de las autoridades gubernamentales de todos los niveles, no se ha hecho responsable de nada, no obstante que están involucradas miles de familias que tienen a sus deudos enterrados en dicho cementerio donde, definitivamente, los muertos no descansarán en paz.
     La familia González García es solo un ejemplo de miles de familias laguneras que confiaron en la empresa funeraria. En diciembre de 1993 cinco de sus miembros firmaron contratos de adquisición de tierra y gavetas en el panteón Jardines del Carmen, ubicado en una zona densamente poblada de la ciudad. Hace 20 años y al valor del dinero de la época, pagó cada familia 2,772 pesos por un “paquete funerario”, que incluía un lote, cuatro gavetas, una lápida de concreto, un aro recipiente de flores y un servicio funerario completo. Fueron 616 pesos de enganche y catorce abonos mensuales de 154 pesos, pero pese a que existe un contrato formal por cada una de las operaciones, no tienen nada, a menos que deseen enterrar a uno de sus familiares en medio de una laguna de aguas pútridas e infectadas, que es la condición en la que se encuentra una gran parte del panteón después de marchas, protestas, manifestaciones y una innumerable cantidad de quejas por parte de las familias perjudicadas.
     Con cinismo, la empresa Gayosso le ha planteado a la familia González García que la solución a su problema es comprar un nuevo paquete funerario en el panteón Jardines del Parque, ubicado en el mismo sector de la ciudad de Torreón, solo que esto le costará la cantidad de 35 mil 648 pesos con 75 centavos, que puede pagar, no faltaba más, en 35 módicas mensualidades de 991 pesos, con la promesa de que en ésta ocasión el panteón no terminará entre aguas putrefactas.
UNA HISTORIA INFAME
   
Todo comenzó con las lluvias de septiembre de 2012, las que provocaron, en la versión oficial, que una laguna de regulación de aguas ubicada en la colonia Santiago Ramírez, próxima al panteón Jardines del Carmen, inundara gran parte del mismo, quedando varios sectores sepultados por el agua, lo que obligó al cierre del lugar, no por parte de las autoridades sino por iniciativa de la misma empresa.
    A medida que se acercó el tradicional día de muertos de 2012, las familias comenzaron a acudir en gran número a visitar las tumbas de sus difuntos y se enteraron, sorprendidos, que el panteón se encontraba cerrado y bajo vigilancia, pero lo peor fue enterarse que los restos de sus parientes se encontraban entre el agua, sin que la empresa tomara ninguna medida ni diera ninguna explicación o, al menos, oficialmente alguien diera la cara por Gayosso para explicar que iba a suceder.
     Los meses transcurrieron y, contra lo que esperaba la empresa, una buena parte de las aguas no bajaron. Las protestas de los afectados arreciaron ante el gobierno municipal que dirige Eduardo Olmos Castro; ante la Procuraduría de la Defensa del Consumidor, a cargo de Alfredo Mafud, y ante muchas otras instancias. Nadie dio una respuesta al problema, en el mejor de los casos se externaron promesas de buscar una solución. Los representantes de la empresa en la localidad y a nivel nacional jamás aparecieron, pero movieron los hilos de la corrupción para evadir cualquier responsabilidad de tipo legal.
    El 6 de febrero de 2013 trascendió una noticia macabra: se estaban sacando los restos humanos de uno de los sectores del panteón para hacer trabajos de medición de niveles del agua y bombeo. El jefe de la Delegación Sanitaria No.6, doctor César Alejandro Del Bosque Garza declaró que no existía ningún permiso oficial para realizar maniobras de ese tipo, y que éstas eran de un alto riesgo sanitario. Por su parte del coordinador municipal de Protección Civil, Nelson Lozada Ramírez, confirmó que efectivamente se estaban realizando maniobras en el panteón, pero no especificó la naturaleza de las mismas.
     La presión en torno al caso aumentó. El 18 de abril de 2013 el regidor del ayuntamiento de Torreón, José Gánem, declaró a los medios que ya existían estudios técnicos sobre el panteón siniestrado, los que serían dados a conocer en una o dos semanas, adelantó además que existía un proyecto alterno para crear otro panteón a donde pudieran ser trasladados los restos de las partes inundadas del panteón Jardines del Carmen, además de negar que el ayuntamiento no había ayudado a los familiares afectados, indicando que existía inclusive un comité debidamente organizado para atender el problema. Todo quedó en demagogia: el ayuntamiento jamás ejerció presión sobre la empresa Gayosso para que implementara una solución al problema.
     A medida que se aproximaba nuevamente el día de muertos, se volvió evidente que ninguna autoridad estaba actuando para atender un problema social y sanitario tan grave, por lo que nuevamente el coordinador de Protección Civil del municipio declaró que ya estaba listo el dictamen del estudio del caso, el cual se encontraba en poder del Colegio de Ingenieros Civiles de la localidad, quienes lo habían turnado a la Comisión Nacional del Agua, CONAZA.
    En lugar de plantear una solución de fondo e informar a los afectados, Gayosso se puso de acuerdo en privado con Protección Civil para cerrar una parte del panteón, aislando las áreas inundadas y de alto riesgo por el hundimiento de las lápidas, para poder abrirlo al público los días 30 de octubre y 1 y 2 de noviembre de este año. Para las familias afectadas el ingreso al panteón fue dramático, ya que una gran parte de ellas se encontraron con una barda que les impedía el acceso a las tumbas de sus difuntos. Algunos, desesperados, brincaron la barda para tratar de enterarse cual era realmente la situación y al menos una mujer cayó, resultando lesionada de gravedad. Hubo discusiones, enfrentamientos verbales y alegatos, lo que obligó a Gayosso a cerrar nuevamente Jardines del Carmen.
     Después de lo sucedido se ha regresado a la misma postura de hermetismo, en tanto que inusualmente se han presentado lluvias importantes en la región durante el mes de noviembre de 2013. Aunque el panteón está rodeado de colonias populares, con una alta densidad de población, ninguna autoridad sanitaria ha tomado medidas y exigido que la empresa de una solución al problema de higiene pública, como tampoco se ha ofrecido ninguna solución a las familias afectadas. Gracias a sus influencias Gayosso ha mantenido el caso fuera de los medios de comunicación de la región y del país, ya que una exposición del mismo afectaría sus intereses en los 13 estados de la república en los que opera una red de 24 establecimientos de servicios funerarios.
    Un caso insólito de impunidad, cuando la empresa ha sido sancionada por las autoridades federales en la ciudad de Querétaro, debido al acoso telefónico que realizaba a domicilios particulares para vender servicios funerarios, debido a que hubo quejas en el sentido de que tenía acceso a teléfonos privados y los vendedores o promotores causaban molestias. Sorprende que en este caso mucho más simple se tomen medidas y no en Torreón donde hay un problema grave, el cual, que es lo más delicado, no se sabe cuánto tiempo se continuará.
¿QUIEN ES GAYOSSO?
    La empresa fue fundada en el siglo antepasado, hace 137 años, por Eusebio Gayosso Mugarrieta en la ciudad de México y está, o estaba, considerada como la funeraria de mayor prestigio en la ciudad capital.
     Después de una larguísima tradición de la familia en el negocio, los Arangoiz Gayosso venden la empresa a Stewart Enteprise, Inc, una empresa norteamericana que a su vez la vende en 2001 a Jardines del Tiempo, una empresa propiedad de la familia lagunera Cantú Charles, quien oficialmente lo denomina como Grupo Gayosso y continua con la expansión, pero en el año de 2007 decide vender, ya como Grupo Gayosso, a la empresa Advent Internacional.

    Advent Internacional es una gigantesca operadora de fondos a nivel mundial, que tan solo este año realizó adquisiciones por 1,650 millones de dólares en al área de América Latina, teniendo como preferencia a México y Brasil. En el año que adquirió el Grupo Gayosso (2007), hizo inversiones por 1,300 millones de dólares en la región. Desde el inicio de sus operaciones en América Latina en 1996, ha acumulado inversiones por 5,100 millones de dólares en una gran diversidad de ramos empresariales, que van desde cadenas de servicios funerarios hasta consorcios de tiendas departamentales, empresas de servicios, entre muchos otros.
    Advent Internacional está compuesto por 51 grandes inversionistas, de los cuales el 56% es de Estados Unidos; 25% de Europa y 19% de América Latina, Medio Oriente y Asia Pacífico. Su red de intereses e inversiones se ubica en gran parte del mundo, pero tiene especial interés en mercados emergentes y economías de las características de México y de Brasil. El último gran fondo de inversión fue destinado en un 36% a México.
    La magnitud de la trasnacional explica el por qué las autoridades federales, estatales y municipales no han actuado, pero al mismo tiempo es inexplicable que los representantes en México de Advent no haya tomado medidas de solución en el caso de Torreón, un caso muy delicado y el único de su tipo que tienen en el ramo funerario.