Por:
Sofía Romero
Siempre me ha parecido que La Laguna es
una especie de isla en medio del desierto, insularidad que solo se rompe como
punto de paso hacia la frontera norte o hacia el pacífico. Las capitales de los
estados de Durango y Coahuila se encuentran ubicadas a 240 y 260 kilómetros
respectivamente, lo que las vuelve distantes. Monterrey, el centro financiero y
económico del noreste se ubica a 345 kilómetros, mientras que Chihuahua a casi
500, una distancia ya enorme.

Esta insularidad que es geográficamente
natural, se compensaba en las décadas anteriores con una fuerte movilidad por
parte de los laguneros, pero en la última década el estancamiento de la
economía, el grave problema de la inseguridad y la baja de la migración han
propiciado un aislamiento por parte de varios sectores de la sociedad lagunera
y un aumento de la expulsión de quienes salen en busca de empleo, de mejores y
más seguras condiciones de vida, y de aquellos que desean realizar estudios
fuera de la región.
El Censo de Población y Vivienda del INEGI
no miente. Los resultados de 2010 indican que Torreón, que es el centro
regional, se ha estancado en su crecimiento demográfico con respecto a Saltillo
y a Durango, capital. Saltillo, que fue durante casi todo el siglo XX una ciudad más modesta que Torreón, tiene hoy
casi 100 mil habitantes más que Torreón y una proyección nacional e
internacional más importante, además de una economía de base más moderna.
Todavía en el año 2000 había un gran
entusiasmo cuando se proyectaban las perspectivas de la región a mediano y
largo plazo, aunque ya existían indicadores económicos desfavorables, pero hoy
el panorama es pesimista. Una encuesta reciente entre jóvenes universitarios
recién graduados, reflejó que un inquietante 70% de ellos desea emigrar de la
región para ir en busca de alguna alternativa buena de trabajo, lo que muestra
que la saturación de los estudios universitarios que se ofrecen a nivel local se
ha convertido ya en una desventaja, más que en una ventaja, al deteriorarse los
sueldos por la sobreofertas de profesionistas en una economía estancada.
El negocio de los bienes y raíces, que
tuvo una época buena a finales de los noventas y principios de la década
pasada, atraviesa hoy por una mala situación por la baja demanda de vivienda en
todos los niveles socioeconómicos. Los servicios y el comercio siguen operando,
pero a base de crédito, lo que es riesgoso para las familias por el alto costo dl
dinero bancario.
Si uno pregunta por La Laguna en algún otro
estado del país la mejor de las respuestas es una referencia a club de futbol
Santos-Laguna y, en el peor, la idea de que es una región con fuertes problemas
de seguridad, según lo han escuchado en las noticias. No hay ninguna referencia
de tipo cultural, económico o social. Nadie te dice “que bonito es por allá”;
“que sabrosa comida tienen ustedes”, ni siquiera alguna referencia de tipo
climático de que llueva mucho, haga calor o haga frio.

Aguascalientes es un estado sumamente
pequeño, con problemas de disposición de agua potable, que apenas hace cinco
décadas no pintaba ni en el mapa, a lo más era un sitio de paso hacia el bajío
o hacia el norte. Hoy es un emporio industrial, una entidad próspera y
optimista que crece a ritos superiores al 5% anual en su economía, más de
cuatro veces lo que crecerá este año la
economía global del país.
En La Laguna hace más de 10 años que no se
instala una sola nueva empresa de mediana importancia. La única inversión de
consideración que se ha hecho es construir un estadio de futbol que costó 100
millones de dólares, que da unos pocos empleos.
Las únicas inversiones de cierta
importancia que se están dando ahora provienen de empresarios de Monterrey,
pero proporcionalmente no modifican gran cosa el empleo en el sector comercial.
La última mala noticia de este año es que
vamos a cerrar con un repunte de la criminalidad, cuando a mediados de año
había mostrado una alentadora tendencia a la baja, fuera de esto no hay desgraciadamente
alguna noticia alentadora o un cambio siquiera sensible en el estado de cosas
que privan en la región.