Quedó
fuera de la estrategia antisecuestro, pese a que se había acordado con las
Organizaciones No Gubernamentales que estaría en el plan
Por:
Agencias
La extorsión, delito que el año pasado
alcanzó niveles históricos, se quedó sin una estrategia para combatirlo, pues
las autoridades “olvidaron” incluirlo en el plan antisecuestro presentado en la
primera semana de febrero, pese a que se había acordado con organizaciones
civiles.
Originalmente las unidades antiplagio
tenían esta encomienda, sin embargo, en la Estrategia Nacional Antisecuestrro
no se incluyó, aunque ese delito ha sido el detonante de graves conflictos como
el de Michoacán.
“En la estrategia nacional contra el
secuestro tenían que haber entrado las extorsiones y el cobro de derechos de
piso, es lo que comentamos al nuevo comisionado, es un delito que necesita de
la misma coordinación”, revelo la activista e integrante del Comité de
Seguimiento y Evaluación de la estrategia Antisecuestro, María Elena Morera.
En octubre pasado, durante la glosa del primer
informe de Gobierno del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,
dijo que la extorsión, los engaños telefónicos y el secuestro eran un tema de
“atención prioritaria” para el gobierno.
Francisco Rivas, director del Observatorio
Nacional Ciudadano, recordó que la extorsión es un “foco rojo” de la estrategia
de seguridad, al igual que lo es el secuestro. La problemática, explicó, es
similar pues las unidades que se crearon en los estados eran responsables de
combatir ambos delitos.
Algunas de las extorsiones más recurrentes,
señalaron los activistas, son secuestros virtuales que requieren de la misma
especialización para ser combatidos.
De acuerdo con la estadística oficial del
Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) el año
pasado el país registró 8 mil 42 denuncias por el delito de extorsión, un
promedio de 22 casos al día.
Morera confirmó que los activistas plantearán
en el recién creado Comité de Seguimiento y Evaluación de la estrategia
Antisecuestro la inclusión del delito de extorsión en el nuevo esquema.
EXTORSIÓN:
SECUESTRO DE POR VIDA
María Elena Morera, que también es
presidente de la asociación civil Causa en Común y ha dado seguimiento al
problema como la de la inseguridad y surgimiento de autodefensas en Michoacán,
dijo que la extorsión, sobre todo en la modalidad de “cobro de derecho de piso”
es tan o más dañina que un secuestro.
“El cobro de derecho de piso” es cuando un
grupo delictivo le exige dinero a una persona de forma recurrente solo por el
hecho de tener un negocio o propiedad como si se tratara de un “impuesto al
crimen”. Las víctimas son amenazadas para que paguen y en algunos casos, los
delincuentes impiden la actividad comercial o atentan contra los extorsionados.
“El cobro de derecho de piso es
auténticamente un secuestro de por vida de tu negocio y tu familia. En
Michoacán me lo dijeron, es un tema increíble al grado que les cobraban por
cuantas habitaciones tienen en su casa. Es una de las razones que desató la
crisis que ahí vemos”, señalo en entrevista.
El problema, señaló la activista, es de
alcance nacional. Señaló otro caso en el puerto de Acapulco, donde pequeños
negocios son obligados a pagar cinco mil pesos mensuales a los extorsionadores
para que los “dejen” seguir vendiendo. A eso se suma el temor de denunciar por
el riesgo de represalias.
“Vamos a poner ante el Comité (de
evaluación) que el cobro de derecho de piso también tiene que abordarse. Ya lo
platicamos también con (con el nuevo comisionado antisecuestro) Renato Sales
(…), la extorsión requiere una coordinación similar a lo de los secuestros para
ser combatido”, subrayó.
A nivel nacional el 2013 dejó una tasa
delictiva de 6.79 extorsiones por cada 100 mil habitantes, la mayor de la
historia del país.
El año pasado se registraron algunos
intentos de extorsión en México que alcanzaron connotación internacional. Uno
de ellos fue del grupo español Delorean, cuyos familiares recibieron una
llamada en el país ibérico donde les exigían 300 mil euros por la “liberación”
de los artistas que supuestamente habían sido plagiados en la Ciudad de México.