jueves, 10 de julio de 2014

Los errores médicos

Por: Álvaro González/Agencias
         En un caso sin precedente, un juez de distrito en Guadalajara, Jalisco, liberó orden de aprehensión en contra de 16 médicos del Hospital de Pediatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por el presunto delito de negligencia médica.
     Los médicos ya se encuentran amparados  ante los señalamientos por su presunta responsabilidad en la muerte de un niño de 15 años a quien atendieron a fines de 2009. La Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) analizó el caso y concluyó que hubo “mala praxis”, pero no responsabilidad médica, un tecnicismo con el que suelen resolver la mayoría de las demandas que se presentan por negligencia de carácter médico.
     El especialista en Medicina Forense, Alfredo Rodríguez García, con 27 años de experiencia, acusa de negligencia, omisión e impericia médica: no hubo nunca un patólogo y no se confirmó lo que en verdad padecía el niño, tuberculosis intestinal, por lo que nunca se le brindó tratamiento adecuado. “Debió haber un patólogo presente”, dice tajante.
    Tras 55 días en el hospital, el niño Roberto Edivaldo Gallardo Rodríguez falleció. El certificado de defunción expedido por el IMSS determinó como causa “sepsis intestinal” (infección) pero omitió el origen de ésta.
     El caso, en manos del Juzgado Tercero de Distrito de Procedimientos Penales, continúa. Pero los 16 galenos amparados ya se presentaron a firmar ante la autoridad y se amplió la acción penal al director del nosocomio y a varios directivos más.
    El padre del niño, Sergio Gallardo Ramos, es abogado de profesión y ha recibido el apoyo del Colegio de Abogados Penalistas que preside José Luis Guizar Abarca. En la otra parte el IMSS anunció oficialmente que  brindará todo su apoyo legal y técnico a los 16 médicos demandados.
     Es un caso controversial donde el demandante duró 4 años en lograr que su demanda prosperara y cuenta con evidencia suficiente para que el juzgado haya tenido que fincar responsabilidades y establecer un caso sin precedentes.
     Ordinariamente los pacientes, y menos los del IMSS, no se quejan formalmente y menos aún presentan demandas legales en contra de los actos de negligencia, omisión o impericia por parte de los médicos de la institución. Para ello hay varios motivos: no cuentan con los recursos económicos suficientes; son cautivos del servicio médico del IMSS por su condición social y temen represalias por parte de la institución, lo que efectivamente si ha sucedido en varios casos, pero además psicológicamente se encuentran muy vulnerables ante la muerte del familiar, por lo que prefieren darle sepultura y vivir su duelo, antes que emprender acciones de tipo legal contra una institución que, en caso de deficiencia de su personal médico, suele cerrar filas desde el más alto nivel y, en el mejor de los casos, toma algunas medidas internas de disciplina, pero aún esto es algo infrecuente, de ahí la importancia de este caso que ha generado, de inmediato, una muy fuerte reacción por parte de la comunidad médica, que rechaza cualquier posible responsabilidad y, sobre todo, no desea que se sienten antecedentes en lo que llaman “la judialización de la medicina”.
LA REACCION MÉDICA
     Al difundirse el caso de los 16 médicos, de inmediato se dio una reacción en varios estados de la república, que incluyó manifestaciones, desplegados, declaraciones de dirigentes y la postura de defensa del IMSS en sus oficinas centrales de la ciudad de México, inclusive se trató de generar un movimiento denominado “Yo soy # 16”.
     La comunidad médica es un gremio con un nivel socio-económico alto y cuenta con recursos amplios para poder generar una protesta dentro de ciertos medios, aunque el nivel de insatisfacción de los millones de derechohabientes del IMSSS a nivel nacional es muy alto y ha ido empeorando en el transcurso de los últimos años. Los médicos pueden agruparse como gremio y protestar, pero es muy difícil aventurarse a decir que tienen un respaldo social o por lo menos solidaridad en el caso de los galenos del IMSS, porque es distinta la imagen de la profesión médica en general.
     De los médicos entrevistados sobre el servicio del IMSS –la casi totalidad de los médicos se forma a través de ésta institución-, la mayoría coincide en que hay dos problemas principales: la saturación del servicio y la falta de inversión para la construcción y operación de nuevos hospitales que cubran adecuadamente la demanda.
    “Si a ti te exigen que des de 20 a 25 consultas diarias es casi inhumano; es una carga de trabajo demasiado alta y hay que reconocer que no se pueden atender a los pacientes como se debería, una consulta requiere más tiempo del que se dispone. En lo que hace a cirugías, servicio de enfermería y especialistas de gabinete hay también una gran saturación, por lo cual se pueden cometer errores y el servicio puede no ser el más adecuado, ocasionalmente hay negligencias, eso es algo que tampoco podemos negar ni ocultar”, comenta uno de los especialistas que accedió a comentar la problemática del IMSS, quien recién se ha jubilado después de más de dos décadas de servicio, desde interno hasta especialista en cardiología.
     Aunque con frecuencia se presentan casos de negligencia médica, estos no son denunciados en la misma proporción en que se incurren, afirma Alejandro Balderas.
    El especialista en Derecho Penal de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, explica que el delito en que incurren los médicos cuando se presume una negligencia médica, se tipifica como Responsabilidad Profesional en el Ejercicio de la Medicina.
    “La injerencia en errores médicos es enorme; sin embargo hay muy poca cultura de la denuncia, la mayoría de las personas lo dejan al destino, a Dios a otras situaciones de esta naturaleza”, comenta.
    Entrevistado, señala que para determinar la responsabilidad del médico, el agraviado debe presentar la denuncia ante el Ministerio Público, quien inicia las diligencias correspondientes para determinar si incurrió o no en el delito. El procedimiento es tardado, va de 18 meses hasta tres años, aproximadamente.
     De acuerdo con el delito, la pena que el médico puede recibir irá desde la reparación del daño (ya sea material o moral);  además que podría purgar una pena privativa de la libertad de tres a seis años en prisión e incluso la suspensión de la patente para ejercer la profesión.
    Refiere que este tipo de demanda también se puede promover cuando la víctima falleció a causa de la negligencia médica; pero comenta que esta situación se denuncia con menor frecuencia.