viernes, 2 de mayo de 2014

Los Juan Marcos Issa, corrupción e impunidad

Por: Jacobo Santacruz
     Pocos casos hay en la historia política reciente de Coahuila, en los cuales una familia de empresarios incursione en política con fines de lucro económico, ejerciendo prácticas de corrupción y ostentando, pese a las evidencias en su contra, una impunidad a la que contribuyen una gran cantidad de medios de comunicación.
    Los hermanos Antonio y Salomón Juan Marcos Issa aprendieron el camino del enriquecimiento ilícito a partir del financiamiento de campañas electorales, y de la relación con personajes claves de la política local, estatal y federal.
    Salomón (1948, Torreón, Coahuila) inicialmente se desempeñó a la sombra de su hermano Antonio, desarrollando negocios modestos de maquila de confección textil en los años ochenta, aprovechando las relaciones que tenía su hermano Antonio en el medio gubernamental federal.
     Inicialmente la razón empresarial que manejo Salomón Juan Marcos Issa fue Comercial Waco, en sociedad con algunos de sus hermanos, pero posteriormente comenzaría a montar otras empresas de mayor tamaño, casi todas ellas dedicadas a la industria de la confección, como Bull Demin. Posteriormente pasó a diversificarse con otras razones sociales, entre las que figuran Inmobiliaria Puertas del Norte, Servicios Prestados a la Industria Textil, Global Sourcing, Building Corporation de Jalisco, además de empresas de servicios de transportación aérea de lujo.
     En 1993 es un año clave en la carrera de los hermanos Salomón Juan Marcos: se postula como candidato a la gubernatura de Coahuila Rogelio Montemayor Seguy, quien mantenía una relación personal con Antonio Juan marcos quien, junto con sus hermanos, hace una labor intensa de recaudación de recursos financieros para la campaña electoral. Al llegar al poder en 1994, Rogelio Montemayor Seguy designa a Antonio Juan Marcos como su Secretario General de Finanzas y le otorga un margen de maniobras casi ilimitado.

     Salomón intensifica su actividad empresarial a la sombra de Antonio y en el 1996 decide incursionar directamente en la política, al postularse como candidato a la alcaldía de Torreón, pero no obstante todo el dinero que invierte en la campaña, pierde frente al panista Jorge Zermeño Infante, lo que le manda de regreso a los negocios “privados”, pero en 1999 se suma como promotor financiero a la campaña de Enrique Martínez y Martínez y obtiene nuevamente la candidatura a la presidencia municipal de Torreón, en este caso cobijado por la imagen del candidato a gobernador. Logra el triunfo y se convierte en presidente municipal.
    Para ejercer el cargo llama a un grupo de amigos y asesores personales, como Alejandro Gidi y Rogelio Barrios Cázares. En términos generales haría un gobierno de medio pelo, pero en el ámbito empresarial duplica su fortuna, solo que lo hace sin dejar mayor rastro a través de especialistas en contabilidad y asuntos fiscales.
      En ese mismo año su hermano Antonio brinca a las “grandes ligas” de los negocios en México. Rogelio Montemayor Seguy es designado como Director General de Pemex y designa a Antonio Juan Marcos como su encargado de asesores. Pese a la desgracia de Rogelio Montemayor, quien se tuvo que enfrentar el llamado “pemexgate”, Antonio permanece en la paraestatal y funge con asesor principal de los directores generales Raúl Muñoz Leos y Luis Ramírez Carzo, ambas administraciones con señalamientos de quebrantos millonarios en contra de la paraestatal.
     A principios del gobierno de Vicente Fox –aunque hay indicios de que fue un poco antes- funda, junto con sus yernos, los Reynoso Durand, la empresa Blue Marine Technology Group, una empresa diseñada para la prestación de servicios a gran escala a la paraestatal Pemex-. Desde sus inicios la empresa, que crecería de manera vertiginosa, comenzó a obtener contratos millonarios de Pemex, bajo la protección de sus directores generales. Desde 2001 la Secretaría de la Función Pública (SFP) estaba ya tras la información de Blue Marine Technology y sus subsidiarias.
    En 2005 Antonio Juan Marcos y sus yernos ya ostentaban públicamente una enorme operación financiera que realizó su empresa con Pemex, al arreglar el arrendamiento de un buque petrolero  de la empresa noruega Bergersen a 15 años por 758 millones de dólares, donde, sin tener la capacidad técnica ni la experiencia en el ramo petrolero, se embolsó utilidades aproximadas del 30%. Según lo documentaron algunos medios de prensa de la ciudad de México, otro caso registrado por la Secretaría de la Función Pública fue el de 6 contratos adjudicados directamente por Ramírez Corzo en 2005 por más de mil 500 millones de pesos, por el arrendamiento de varios buques a la empresa danesa Torm, con un daño al erario por más de 60 millones de pesos. Esto por citar solo un ejemplo del modus operandi de las empresas de Antonio Juan Marcos Issa.
     Para tratar de acallar algunas críticas y la filtración de información sobre los negocios de Arrendadora Ocean Mexicana, Blue Marine y Subtec, las empresas demandaron a la revista Contralínea; a las reporteras Nancy Flores y Ana Lilia Pérez, y al caricaturista David Manrique, quienes documentaron, en diversos trabajos periodísticos, irregularidades en las contrataciones de Pemex, que posteriormente fueron  confirmadas por los dos órganos de fiscalización del país: la Secretaría de la Función Pública y la Auditoria Superior de la Federación.
    En el juicio ordinario civil 492/2009, que inició en septiembre de 2009, los empresarios acusaron que las publicaciones periodísticas les habían provocado supuesto “daño a su persona, a su imagen, honor y decoro”, así como “daño a la imagen, honor y decoro de sus empresas”, en primera instancia el 3 de enero de 2010 la jueza 54 condenó a los periodistas por el “uso abusivo de su libertad de expresión”, pero en julio de 2012 la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, absolvió a la revista y ordenó a las empresas el pago de gastos y costas del juicio.
    De acuerdo a las investigaciones de Contralínea, que posteriormente fueron corroboradas, a inicios de 2011, La Secretaría de la Función Pública determino sanciones a Pemex Refinación por 47 millones de dólares, vinculado al arrendamiento de cuatro buque tanques, donde, de acuerdo a la dependencia se presumió que Arrendadora Ocean Mexicana –filial de Blue Marine Technology Group- y Transportación Marítima Mexicana (TMM) “se coludieron” para obtener los contratos.
     Por este caso, la contraloría federal inhabilitó a 14 funcionarios  que “manipularon la licitación y convinieron sobreprecio” en el arrendamiento de las embarcaciones. Las sanciones suman más de 5 mil millones de pesos.
    De acuerdo con información oficial extraída de la auditoría, el sobreprecio de 47 millones de dólares se originó porque se “manipularon los estudios de costo-beneficio”. Para los contralores, 14 servidores públicos de Pemex Refinación participaron en los hechos y fueron sancionados, pero Blue Marine Technology Group continúa operando como prestador de servicios de Pemex a gran escala y Antonio Juan Marcos Issa es considerado, en compañía de sus yernos, como parte de la élite empresarial del país.
LOS SOBRINOS, SIGUIENDO LOS PASOS
     En 2009 Salomón prosiguió su carrera política en Coahuila al convertirse en diputado local, un cargo que parecería modesto para su poder económico y sus expectativas políticas. Se desempeñó, de manera anodina, como encargado de la Comisión de Hacienda, de la cual depende la revisión de las cuentas de todos los ayuntamientos del estado y del ejecutivo. A veces iba; a veces no, dependiendo el tiempo que le dejaran libres sus negocios.
    En 2011 termina el cargo pero convierte a su hijo Antonio Juan Marcos Villarreal en diputado local; esto es que se intercambian los puestos, con el propósito de llevarlo a la presidencia municipal de Torreón.
    En  2012, contra la voluntad de Rubén Moreira Valdés, pero utilizando sus relaciones en la ciudad de México –específicamente los nexos de la familia con Televisa- se coloca como candidato a una diputación federal, cargo que actualmente desempeña.
     En enero de este año el diario Reforma de la ciudad de México destapó un nuevo escándalo de corrupción de la familia Juan Marcos, al dar a conocer un supuesto fraude fiscal por mil 650 millones de pesos perpetrado por los hermanos Antonio y Salomón Juan Marcos Villarreal. La investigación, que corrió por cuenta del SAT, señala que la dependencia inició una serie de visitas domiciliarias a las compañías, ubicadas en su mayoría en la Comarca Lagunera. De acuerdo con la información proporcionada por Reforma, algunas de las empresas involucradas son Comercial Waco, Inmobiliaria Puertas del Norte, Bull Denim, Servicios Prestados a la Industria Textil, Global Sourcing y Building Corporation de Jalisco.
    La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) denunció ante la PGR al diputado del Congreso de Coahuila, Antonio Juan Marcos Villarreal y a su hermano Salomón por presunto lavado de dinero, un delito mucho más graves que la simple evasión de impuestos, de acuerdo a la información proporcionada por el diario Reforma.
    La UIF presentó la demanda contra todos los implicados ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), desde el pasado 7 de noviembre de 2012, por operar con recursos de procedencia ilícita.
     Dentro de la acusación de delito de lavado de dinero también se encuentran contemplados dos tíos de los  hermanos Salomón y Antonio: Fernando y Luis Juan Marcos Issa. Luis Juan Marcos Issa es presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido en La Laguna y Fernando Juan Marcos trabaja como representante legal de la empresa productora de ladrillos, Industria Bala, en Gómez Palacio, Durango.
    Reforma publicó que el Gobierno Federal se encontraba investigando un fraude por 1,650 millones de pesos. El Servicio de Administración Tributaria, descubrió desde la administración del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, que algunas empresas textileras tramitaron devoluciones millonarias con documentos que se presumen como falsos y triangulando dinero en bancos de Estados Unidos.
    Otra de las personas sujetas a investigación es Francisco Javier Villarreal Gómez, quien trabajó como subsecretario de Desarrollo Social bajo el mandato de Humberto Moreira como gobernador de Coahuila, por recibir dos transferencias giradas a favor de la empresa Innova Servicios Industriales y Constivigo.
    Jaime Alberto Ramírez Valdez Gómez Palacio, empresario minero, también se encuentra siendo investigado por haber recibido transferencias económicas giradas a favor de la compañía Bull Denim.
    El diario Reforma da a conocer tres de los expedientes  consignados por la PGR en relación con fraudes fiscales que suman 217 millones de pesos, además la dependencia ha conseguido 29 órdenes de aprehensión, sin embargo hasta el momento no ha ejercido ningún tipo de acción penal contra algún miembro de la familia Juan Marcos.
    Las capturas van contra los ejecutivos de Servicios Prestados a la Industria Textil por una cifra de 158 millones 222,237 pesos por devoluciones tributarias que resultaron fraudulentas y que fueron registradas entre los meses de marzo y diciembre de 2008.
    Otra de las consignas es contra los mandos de Comercial Waco, empresa que cobró devoluciones presuntamente realizadas con documentos falsos, registrando la cifra de 39 millones 551,613 pesos, entre enero y julio de 2009.
    Un tercer expediente es el de Global Sourcing de México S.A de C.V., por el monto de 19 millones 420,451 pesos por devoluciones tributarias fraudulentas de enero a marzo de 2009, informó el periódico.
    Han transcurrido ya seis meses desde que se interpuso oficialmente la denuncia en contra de los hermanos Antonio y Salomón Juan Marcos Villarreal. El primero de ellos se ha escudado en su fuero y no hay ningún proceso en el Congreso del Estado de Coahuila que dé respuesta a la situación jurídica de uno de sus legisladores. Francisco Dávila, presidente del PRI en Torreón tuvo el desparpajo de afirmar que la acusación en contra de los Juan Marcos no le causaba ningún perjuicio a su partido, aún en tiempos electorales, mientras que la noticia ha desaparecido de los medios de comunicación regionales y estatales, pese a que la PGR tiene en su poder 29 órdenes de aprehensión en su poder. Salomón Juan Marcos Issa se escuda también en su fuero de diputado federal, mientras sus hijos evaden la justicia  no se sabe bajo la protección de quien o de quienes, lo mismo que la ha librado Antonio Juan Marcos Issa en sus enormes negocios con Pemex.
    Aunque no se ha dado a conocer la lista completa de las 29 órdenes de aprehensión ha trascendido, dentro del mismo círculo político local, que se encuentran en ellas varios laguneros involucrados con los Juan Marcos, varios de ellos muy conocidos dentro del medio empresarial y social de La Laguna.

    Los tiempos cambian pero la política se resiste a cambiar sus viejas y viciosas prácticas: Corrupción e impunidad, en este caso bajo un binomio que ha sido una constante desde el inicio: la colusión político-empresarial. Y lo mismo va para el PRI que para el PAN.

EL DINERO Y LA POLITICA
Por: Jacobo Santacruz
    Al término dela jornada electoral de 1996, el día de la entrega de resultados por la noche, Salomón Juan
Marcos Issa, empresario y candidato del PRI la presidencia municipal de Torreón, le pidió a su chofer  que lo llevara a su casa. Después de atravesar entre un numeroso grupo de cabizbajos seguidores, no pudo contener las lágrimas.
    En esa campaña gastó millones de pesos,  los que no pudieron revertir la irritación ciudadana hacia el gobierno priista saliente. Su carrera dentro de la administración pública era corta y su experiencia política aún más limitada, pero era hermano del Secretario General de Finanzas del gobierno estatal de Rogelio Montemayor Seguy, Antonio Juan Marcos Issa.
    Tres años después, en 1999, mediante pactos desconocidos hasta hoy y nuevamente apoyado en su dinero, volvió a presentarse como candidato a la presidencia municipal y en esta ocasión sí gano a un novato oponente del PAN.
    Católico de misa y comunión, amigo de curas y arzobispos, puritano aparente en muchos aspectos de su vida personal, Salomón mostró en el ejercicio del gobierno el mismo talante que ha desplegado en sus negocios y los de su familia: el pragmatismo y la corrupción.
   
Su gestión en el año 2000 se vio envuelta en serias dificultades, particularmente con relación a movilizaciones campesinas que evidenciaban despojos sobre su patrimonio: la tierra y el derecho de uso de agua.
    La tónica del trienio anterior fue el tráfico de tierras en la ciudad. Para los actores de la política local, la amistad que los hermanos Salomón y Antonio Juan Marcos  mantuvieron con Montemayor Seguy, implicó nexos comerciales en torno al desarrollo urbano de Torreón.
    El mejor ejemplo lo aportó el proyecto de la planta tratadora de aguas residuales. En 1995 el ayuntamiento, a través de SIMAS, consideró el ejido Santo Niño Aguanaval, en Matamoros, Coahuila, como el sitio idóneo para asentar la obra. Para efectuarla, Montemayor designó a Salomón como su director ejecutivo, quien en ese momento era delegado de la Sedesol. No obstante, la planta se abandonó pese al desembolso de casi 100 millones de pesos y fue hasta finales de 1999, a un paso de asumir la alcaldía, cuando se retomaron los trabajos, pero en otra ubicación: 170 hectáreas del ejido Rancho Alegre. Toda la infraestructura  en Santo Niño Aguanaval quedó enterrada.
    Coincidentemente, en las mismas fechas, se comunica la creación del Club Campestre Montebello, que comprende 230 hectáreas del ejido Zaragoza. Un fraccionamiento suntuoso y exclusivo donde la tierra que había sido despojada a los campesinos paso a costar 200 dólares el metro cuadrado y se financió además la creación de un parque industrial. Dentro del medio empresarial era de dominio público que sus propietarios públicos –los Lázaro Bello- eran socios de Rogelio Montemayor, por lo menos esa era la presunción.
    El colmo del cinismo se dio en una reunión de cabildo, donde subrepticiamente se pretendió traspasar la asignación de tierras que debía hacer el Club Montebello al municipio, por otras sin ningún valor, ni siquiera para que el Coproder las dispusiera para vivienda de gente de muy escasos recursos económicos.
    Un caso casi similar se exhibió en el ejido San Antonio de los Bravos, donde por años se llevó a cabo un juicio agrario por la falsa constitución de una sociedad mercantil llamada Ciudad Nazas San Antonio, S.A de C.V.
    Para avalar las obras, que inclusive invadieron la parcela escolar, considerada como un bien inajenable y por tanto con una medida precautoria como amparo, se edificó el departamento de Seguridad Pública Municipal en terrenos con el litigio agrario, y en más de una ocasión elementos policíacos de manera ilegal intervinieron protegiendo lotes, golpeando y deteniendo campesinos que se atrevieron a defender su patrimonio.
    Las constructoras involucradas: Vamonte, Acolsa,Torreón Inmobiliaria y Prohabi. Casi todos los empresarios que cerraron ventas de tierras en el trienio se encargaron de asegurar la adquisición de pozos de agua: un ejemplo se da en las tierras que constituían el ejido La Joya. Conseguido casi en su totalidad por Aldo Díaz, los  pozos fueron regateados a los campesinos, que al no querer verse envueltos en problemas, los cedieron por 4 mil pesos repartidos entre todos los “beneficiarios” ejidales.
    La riqueza de los Juan Marcos iba en ascenso.  El 6 de junio de 1999, unos meses antes de que Salomón asumiera el cargo de presidente municipal de Torreón, se constituyó la razón social Servicios Aéreos Demin, inscrita con el número 3171 del folio 41, Libro 23-B del Registro Público de la Propiedad de Gómez Palacio. Como en la constitución de otros negocios, se da el mismo esquema: Salomón Juan Marcos Villarreal, hijo mayor del alcalde, aparece como socio mayoritario con 95 por ciento de las acciones, en tanto que el ingeniero Jaime Alberto Ramírez Valdés Gómez Palacio se le asigna el 5 por ciento. Se presenta como comisario de la sociedad al C.P. Roberto Gómez Jáuregui pero queda en el anonimato cómo está conformada en términos reales la Asamblea Ordinaria de Accionistas.
    El semanario Proceso, en su edición de internet y después en su número 1362, fechado el 8 de diciembre de 2002, dentro de un artículo que se refería a otro tema y fuera de contexto, hizo la siguiente mención: “(hay un) hijo del alcalde con licencia de Torreón…, quien con menos de 30 años (de edad) se transporta en un avión Hawker 125-800XP, que tiene un costo de 13 millones de dólares –uno de los mejores del mundo- …hace poco más de 30 días compró una residencia en Vail, Colorado, con un costo de 3 millones 700 mil dólares, según consta en el reporte Vail Daily que aparece en enternet desde el 14 de septiembre último (2002). La casa fue adquirida a la empresa constructora Jacek Mo Kosson. Y continúa en el siguiente párrafo: “Marcos Villarreal es dueño de la maquiladora Denim, la cual está en crisis financiera, pues actualmente tiene menos de 300 empleados a su servicio…”.

    Cuando Antonio Juan Marcos Issa asumió el cargo de Secretario General de Finanzas en el sexenio de Rogelio Montemayor Seguy, a finales de 1993, Salomón Juan Marcos era un empresario de nivel medio, sin embargo la empresa base –Comercial Waco, S.A de C.V- fue fundada apenas en 1990, según consta en el Registro Público de la Propiedad de Gómez Palacio, bajo el número 13271 del tomo 21, con fecha de registro 30 de marzo de ese año. El capital social fue de 100 millones de viejos pesos, de los cuales 80 correspondieron a Salomón, 5 a Margarita Juan Marcos Issa, 5 a Eduardo Abraham Issa Habib, 5 a Ricardo Jaun Marcos Issa y 5 más a Elías Juan Marcos Issa.
    Era el principio, en los siguientes años crecerían a lo grande. En 1995, con una inversión millonaria funda la empresa Industrial Denim, dividiendo la propiedad a partes iguales entre su hijo mayor, Salomón Juan Marcos Villarreal y Luis Mario García Fraire, nombrado el primero como administrador único. Esta compañía fue registrada bajo el número 1120, folio T 22-B del Registro Público de la Propiedad de Gómez Palacio.
    Apenas un año después, a finales de 1996, lleva a cabo otra inversión millonaria para montar una gran planta, que fue denominada como BULL-D, S.A de C.V. En este caso el 80 por ciento de la propiedad fue fijada también a Salomón Juan Marcos Villarreal y el 20 por ciento restante a Carlos Roberto Fayad Wolf. El auge de la maquila se encontraba en su clímax y Salomón Juan Marcos tenía una fuente de recursos financieros que parecía inagotable.
    Aunque en su momento no hubo respuesta de confirmación oficial, se visualiza a través del sitio de Internet www.kaltex.com.mx que han englobado sus servicios comerciales en la compañía Denimex R, entonces recientemente creada y “con casi cuatro años de experiencia en el mercado, dedicada a proveer los más altos estándares de calidad. Integrada verticalmente, produce telas y prendas de mezclilla de clase mundial”. Con oficinas en la ciudad de México y en Nueva York, y plantas en diferentes sitios de la república mexicana, fabrican mezclilla en gran variedad de pesos: en diferentes tonos de sulfuro e índigos, con hilos de anillo y open end y diversidad de ligamentos en 100% algodón y mezcla con viscosa y Licra R. Para ello se tiene una capacidad de corte instalada con sistema Gerber, plotters digitales y el sistema de flujo Eastman, que dan como resultado 500 mil unidades de prendas por semana.
    Las operaciones se  efectúan en plantas de confección equipadas para elaborar jeans, pantalones casuales, shorts, chamarras, boxers y camisas.
    DenimexR asimismo cuenta con lavandería y las instalaciones de acabado incluyen el teñido en modalidades de reactivo, directo, pigmentos e índigo, así como planchado permanente y todos los aspectos del procesamiento de mezclilla en húmedo, incluyendo el “sandblasting”.
    Es así como se puede garantizar un paquete completo a tiendas o boutiques en cualquier lugar de México o los Estados Unidos de Norteamérica.
    ¿Dónde se encontraban las diferentes plantas ubicadas en la República Mexicana? Eso siempre se lo reservaron celosamente. ¿Era la famosa “marcha al sur” que financió el gobierno federal de la época? Lo cierto es que la mezcla de política y empresas ha sido una mina de oro para los Juan Marcos, que ahora están en problemas por sus excesos de corrupción, aunque siguen, no se sabe por cuánto tiempo más, amparados por la impunidad y ahora por el fuero legislativo.